EL ESTUDIO DE LA CIUDAD EN LA PSICOLOGÍA AMBIENTAL
EL ESTUDIO DE LA CIUDAD EN LA PSICOLOGÍA AMBIENTAL
GILBERTO L. OVIEDO P*
Resumen
El presente artículo se propone realizar una reseña histórica de la forma en
que la psicología, a través de una de sus más recientes ramas, la psicología
ambiental, ha abordado el estudio de la ciudad. Se presentan dos momentos
distintos: los orígenes conductuales del estudio de la ciudad y las tendencias
fenomenologías que hacen énfasis en la cognición. Se ¡lustran ambas
posturas, al igual que algunas teorías intermedias, a través de sus
fundamentos teóricos y metodológicos, y se establece la tendencia
contemporánea a sostener la tesis de la ciudad como una abstracción o un
estado cognitivo.
Abstract
The aim of the present paper is to make an historical review of the way in
which psychology, through one of its most new areas, environmental
psychology, has studied the city. Two different moments have appeared in
this approach: The first, behavioral studies of the city and second, the
phenomenological tendencies that have made emphasis in cognition. These
positions, as well as some intermedíate theories, were analyzed through its
methodological and theorical foundations, and the thesis about the city as
an abstraction or cognitive state, was settle down.
La psicología ambiental es una de las más recientes ramas
de la psicología encargada de estudiar las relaciones del
individuo con el entorno físico, a través de procesos
psicológicos como la percepción, el aprendizaje y la
cognición, entre otros.
La psicología ambiental representa un intento de la
psicológica por ubicar al sujeto en un contexto más amplio
que el del simple trabajo explicativo de los procesos
individuales, para incorporarlo en el plano de su relación con
el ambiente complejo, como es el caso de la ciudad y ofrecer
explicaciones a fenómenos tales como las actitudes y formas
de incorporación al entorno urbano.
El orden que se le ha dado a este artículo procura seguir una
secuencia histórica. Se muestran los inicios de la psicología
ambiental, a mediados del siglo XX, dentro de la tradición
investigativa propia de la psicología conductual desarrollada
por Watson (en Gondra, 1996) y se establecen las áreas de
interés y ejemplos de sus principales producciones científicas.
* Profesor asistente del Departamento de Psicología de la Universidad de
los Andes. Psicólogo y Magíster en Psicología Comunitaria de la
Universidad Javeriana. Candidato a doctorado en Historia de la
Psicología en la Universidad de Passau (Alemania).
Con base en la presentación de este primer momento se
presenta el gradual proceso de aparición del concepto de
"cognición ambiental", en el cual juegan un papel de
importancia las teorías de Tolman1 y Lynch2. Finalmente se
presentan algunos fundamentos conceptuales del
cognitivismo contemporáneo que encuentran en Neisser3 un
importante representante encargado de explicar la forma de
proceder de los procesos mentales superiores en la
organización del ambiente.
La tensión existente entre las tendencias conductuales y
cognitivas, ha marcado la forma de pensar la ciudad en
psicología y ha dejado una serie de postulados básicos sobre
el sujeto psicológico y la ciudad.
La tesis del conductismo radical asume al individuo como un
ente pasivo, que guiado por sus tendencias biológicas a la
adaptación, responde a los estímulos ambientales y se
comporta de manera estereotipada. El conductismo radical
asume que el control de los estímulos garantiza la predicción
de los comportamientos de las personas y que una ciudad es
un centro de acopio de elementos diseñados para elicitar
formas de comportamiento eficiente y funcionales acordes
con intereses de los diseñadores o planeadores de los
ambientes urbanos. Sin embargo, autores conductistas
disidentes como Tolman se encargan de replantear el
determinismo conductual de Watson4 e introducir la tesis del
control interno de la conducta.
Los movimientos cognitivistas realizan una crítica a los
fundamentos conceptuales del conductismo y reformulan la
noción de sujeto psicológico. Se asume que el sujeto es un
ente activo en su relación con el entorno; el sujeto desarrolla
estados mentales y establece juicios y categorías que lo llevan
a relacionarse con la ciudad según sus creencias y
convicciones.
El sujeto en la ciudad construye representaciones simbólicas,
crea imágenes mentales y diseña a nivel psíquico su propia
perspectiva de la ciudad, con base en su capacidad de
abstracción y delimitación de aspectos relevantes y
orientadores. Así la ciudad no es una mera sumatoria de
elementos elicitadores de conductas homogéneas y
estereotipadas sino son organizaciones internas de cada
1 Eduard. C Tolman, "Cognitive maps in rats and men" en Psychological
Review, no.55, 1948.
2 Kevin Lynch, La imagen de la dudad, Barcelona, Gustavo Gilli, 1998.
3 U.Neisser, Procesos cognitivos y realidad: principios e implicaciones de la
psicología cognitiva, Madrid, Marava, 1981.
4 J. B. Watson, "La psicología tal como la ve el conductista" en J.M.Gondra,
La psicología moderna, Bilbao (España), Desclée de Brower, 1996.
sujeto, quien en la búsqueda de darle significado al entorno
realiza una labor de selección y ordenamiento.
El presente artículo presenta los elementos de juicio que
llevaron al desarrollo de una postura cognitiva en psicología
ambiental y su diferenciación de las iniciales posturas
conductuales.
Los antecedentes conductistas en el estudio de la ciudad
Bailly5 sostiene que existen importantes supuestos sobre
los cuales se fundamenta la investigación psicológica del
individuo en la ciudad. En primer lugar resalta la tradicional
preocupación por el comportamiento de las personas dentro
de los contextos urbanos y la naturaleza de su actividad
conductual:
"En el siglo XIX la dimensión psicológica tuvo su lugar en
determinadas obras que versaban sobre el comportamiento,"
en las que las ciencias sociales consideraban "al hombre como
racional e influido por objetivos de maximización.
Todos estos modelos tratan de un hombre ideal, que responde a un
comportamiento homogéneo"6.
Supone Bailly que la conducta de las personas en la ciudad y
su tendencia a la homogeneidad o a la diferenciación es una
preocupación determinante en el desarrollo de las
aproximaciones científico-sociales. Sin embargo, es la teoría
conductista la encargada de focalizar el interés en el
comportamiento del individuo en la ciudad y para tal efecto
desarrolla un modelo explicativo de gran importancia.
El conductismo radical de Watson lleva a su máxima
expresión la idea de que el comportamiento de las personas
se desarrolla con base en principios o leyes universales y que
el comportamiento de las personas tiende a ser idéntico si se
administran adecuadamente las contingencias ambientales.
El marco de referencia de la aproximación conductual radical
asume ciertos aspectos básicos sobre la forma de desempeño del
individuo en la ciudad:
La información proveniente del medio ambiente provoca en todos los
individuos reacciones similares. (Bailly, 1979)
Los procesos de asociación entre un estimulo externo y una conducta
específica llevan al individuo a adoptar un patrón estable de
comportamiento
5 A. Bailly, La percepción del espacio urbano, Madrid, Instituto de
Administración Local, 1979.
6 Ibid., pág.17
No es el individuo el que selecciona estímulos para
comportarse, sino los estimulos los encargados de
educir respuestas y formas de comportamiento
El comportamiento de las personas dentro de la ciudad
sigue una tendencia a la homogeneidad que puede ser
controlada con una adecuada modificación del ambiente
El conductismo no duda en asumir una postura
ambientalista, en la cual las condiciones físicas son un
predictor de la conducta de los individuos y a su vez toda
conducta obedece a la presentación de ciertos estímulos.
Los estudios pioneros y la tradición investigativa en psicología
ambiental encuentran sus cimientos en las aproximaciones
conductuales, realizadas en la primera mitad del siglo XX,
interesadas en desarrollar el modelo Estímulo-Respuesta
alrededor del desempeño de los sujetos en ambientes
específicos.
Un ejemplo representativo de las primeras aproximaciones
conductuales son los trabajos realizados a nivel industrial en
Hawthorne Works Western Electric en la ciudad de Chicago7.
Allí se realizaban estudios comparativos en grupos de
trabajadores a los cuales se les proporcionaban diferentes
condiciones de estimulación como la iluminación (tratada
como variable independiente) y se realizaban mediciones
sobre la eficiencia en el desempeño conductual y el
cumplimiento de metas (variables dependientes).
En el estudio Hawthorne se le concede una enorme
importancia a la influencia del diseño ambiental en la
productividad laboral. Se llega a demostrar que las variaciones
en iluminación producen leves mejorías en la actividad
laboral, pero este primer esfuerzo inicial termina por asignarle
mayor valor a los aspectos sociales. Así por ejemplo, se
encuentran que la presencia de supervisores encargados
de realizar observaciones sobre la productividad individual era un
factor de estímulo para el desempeño en las funciones
asignadas. De otra parte el hecho de realizar el trabajo de
manera individual en condiciones de aislamiento para ser
observado generaba en los individuos un incremento en su,
rendimiento laboral.
Afirma Aragones8, "fueron los ingenieros y los arquitectos
fundamentalmente los que, a partir de ese momento,
(estudio Hawthorne) se ocuparon en mayor medida de las
.
7 F. J. Roethlisberger y W. J. Dickson, Management and the worker An account
of research program conducted by westerm electric company, Cambridge,
University Press, 1939.
8 J. I. Aragonés, M.Amérigo, Psicología Ambiental, Madrid, Pirámide, 1998,
pág.29.
relaciones entre medio ambiente y el comportamiento a
través de la experiencia que por ensayo y error obtenían en
sus diseños". Así desde sus orígenes el desarrollo de la
psicología ambiental ha tenido un origen interdisciplinario en
el que toman tanta importancia las iniciativas de la psicología
como las aproximaciones de otras áreas.
El estudio Hawthome ofrece un modelo de análisis que les
permite a los diseñadores de ambientes y en especial a los
diseñadores urbanos pensar la ciudad como un espacio
dotado de ciertas cualidades de iluminación, superficies,
espacios que pueden ser administrados para educir en el
ciudadano formas de conducta específicas y a su vez darle un
sentido funcional y eficiente a la ciudad.
A mediados del siglo XX, los contextos institucionales como
los hospitales psiquiátricos son los espacios predilectos para
realizar observaciones sobre el efecto que tienen estímulos
tales como los materiales de las paredes, el número de camas
en una habitación, las formas de desplazamiento, utilización
y duración dentro de los espacios arquitectónicos9. Se
considera en estos estudios que la presencia de materiales
como los azulejos son un elemento de elevado nivel de
incidencia sobre las conductas de higiene y tendencias hacia
la asepsia.
Señalan Proshansky, Ittelson, Rivlin el enorme interés por
establecer la naturaleza del comportamiento social de los
individuos. Se trataba de evidenciar en cuáles ambientes
arquitectónicos se daba una tendencia al aislamiento o a la
interacción con otras personas, si existía una tendencia a la
homogeneidad en la conducta de los individuos y muy
especialmente si el comportamiento de los usuarios en los
espacios coincidía con el propósito para el que habían sido
diseñados. Así por ejemplo, se observaba si los comedores
generaban conductas de alimentación o si allí se realizaban
otro tipo de actividades.
Al igual que en los estudios Hawthorne, los estudios en
entidades psiquiátricas no escapan al interés que tiene la
variable social. Así, por ejemplo, se hace evidente la
influencia de los reglamentos institucionales en las formas de
comportamiento dentro de los espacios. La prohibición de no
comer en los alojamientos o la de no trasladar elementos de
la sala de juegos a otros sitios comienzan a considerarse
como factores determinantes (considerados como estímulos
sociales) del comportamiento individual10.
9 H. M. Proshansky, W. H. Ittelson y L G. Rivlin, La psicología ambiental: el
hombre y su entorno, México, Trillas, 1978.
10 Ibid.
Se puede afirmar que la psicología ambiental le otorga, a
partir de estos estudios en centros psiquiátricos, un enorme
interés al hecho de establecer si la conducta de los
ciudadanos se asocia a los diseños ambientales creados por
los arquitectos o los diseñadores y cuales son las variables
que inciden en que haya una coincidencia entre planeador y
usuario. Así se inicia un intento por evaluar el trabajo del
diseñador de ambientes, con base en la observación directa
de la conducta de los ciudadanos.
Estamentos tales como las cárceles, la vivienda, las entidades
educativas son sometidos a un análisis conductual en un
intento por ampliar las posibilidades de comparación
poblacional. A nivel educativo, señala Hollahan, estudios
realizados en residencias estudiantiles en las que se establece
que hay "menor satisfacción y cohesión de grupo en edificios
altos que en los de dos o tres pisos... Estudiantes hacinados
en grandes edificios se interesan menos por establecer
contacto social con sus compañeros que los que viven en
ambientes sin aglomeración y están menos dispuestos a
ayudar y colaborar con las personas con las que viven"11.
En términos generales se puede decir que la década de los
sesenta es el momento de mayor desarrollo de la psicología
ambiental y su arraigo obedece al inusitado interés del
momento histórico en "la calidad del ambiente físico y las
consecuencias a largo plazo de la contaminación industrial, el
descuido en la eliminación de la basura y el manejo
inadecuado de los recursos naturales"12. Cobra igualmente
importancia el interés del público de la época por el cuidado
y protección del ambiente natural y urbano. Sin embargo, la
característica que le da mayor impulso al desarrollo de la
psicología ambiental es el marcado interés mundial por la
calidad de vida de las personas y como parte esencial del
concepto de calidad de vida la calidad ambiental.
Se considera entonces al entorno urbano como el hábitat de
las personas. Las condiciones ambientales de la ciudad
pueden incidir en los niveles de salud o enfermedad de las
personas, en los estados de satisfacción o inconformidad
social, en la formación de actitudes como la protección y la
solidaridad y en la aparición de fenómenos importantes como
la agresividad de los individuos.
La psicología ambiental y la conducta animal
Una importante fuente de desarrollo investigativo en
psicología ambiental la constituyen los trabajos realizados
11 Ch. L. Hollahan, Psicología ambiental, México, Limusa, 1996,
pág.33.
12 Ibid
también en la década de los sesenta por diferentes
investigadores en el estudio del comportamiento animal y el
traslado de sus aportes al contexto humano y social.
Stea13 considera que el hombre como especie animal posee
ciertas características orgánicas como la necesidad de un
territorio en el cual desarrollar actividades fundamentales
como la procreación, la alimentación, el descanso y el
cuidado de las crías.
Alrededor del territorio encuentran explicación buena parte de
las conductas y formas de reacción de los individuos en una
ciudad. "Cuando los hombres poseen colectivamente el
espacio, sus conductas en relación con éste se asemejan
enormemente a las conductas animales que defienden los
territorios individuales. La hostilidad es patente y se liberan
colectivamente las pautas de agresión del individuo
socializado"14.
Los fenómenos de tendencia a la privacidad, búsqueda del
aislamiento y la intimidad, se encuentran relacionados con las
pautas biológicas que permiten la adaptación. La presencia de
muros en la ciudad, una clara delimitación de lo privado y lo
público es la clara evidencia de la forma en que la tendencia
biológica a la protección del territorio alcanza formas de
expresión arquitectónica.
La tendencia a la agresión se encuentra subordinada al deseo
de defender un territorio, establecer límites exactos y señalar
formas de comunicación que establezcan mecanismos
preventivos de enfrentamientos directos. La ciudad es un
escenario de luchas territoriales
Tenemos razones para creer Que la conducta territorial, el
deseo tanto de poseer como de ocupar porciones de espacio
se halla difundida lo mismo en los hombres que en los
animales antepasados; y esto queda manifestado por la
actitud que mantienen las pandillas de los barrios bajos
hacia sus dominios. Hay algunos indicios, que provienen
fundamentalmente del mundo animal, acerca de que la
posesión territorial no es menos fundamental que la
posesión sexual15
Se interpreta la ciudad como un espacio físico en el cual los
individuos desarrollan noción de territorialidad y ante ella se
comportan de manera adaptativa a través de dos formas
específicas que son la agresión y la fuga.
13 H. M. Proshansky, W. H. Ittelson y L G. Rivlin, op.cit.
14 Ibid.
15 lbid
Esta corriente de pensamiento biologicista en psicología
ambiental se encuentran temas de gran proliferación
científica como los vínculos entre agresión y superpoblación.
Uno de los estudios más representativos es el de Calhoum16
quien realizó una serie de experimentos con el propósito de
demostrar que las alteraciones en la distribución del territorio
afectan notablemente la salud de los organismos y pueden
crear patologías conductuales.
La superpoblación de ratones en cajas de laboratorio se
encontraba asociada a fenómenos tales como una perdida de
las actividades reproductivas, pérdida de la actividad sexual,
las crías no eran atendidas, se presentaban fenómenos de
aborto y ausencia de conductas asociadas a la construcción y
cuidado de nidos17. En estos estudios se aplicó la
metodología de grupo control, en la cual se dejaba a otro
grupo de ratas blancas en condiciones de amplitud en una
caja espaciosa, haciendo evidente que en este segundo grupo
no se presentaban conductas patológicas.
Calhoum18, encontró que las ratas que habían vivido bajo
condiciones de hacinamiento al ser llevadas a cajas amplias y
espaciosas, tendían a desarrollar conductas de
amontonamiento o de conservación de estados de estrechez
propios de la experiencia anterior conformando el fenómeno
denominado "pathological togethernes" (amontonamiento
patológico).
El concepto de "pathological togethernes" no solo implica la
tendencia al mantenimiento de condiciones de incomoda
proximidad corporal con los otros congéneres, aun en lugares
con amplitud, sino la presencia de periodos de vida más
cortos, estados de tensión y alteración que se reflejaban en
agresión generalizada e indiscriminada. Algunas de las
conductas más patológicas de estos animales fueron la de
haber devorado sus propias crías o presentar tendencias
canibalistas.
Estos fenómenos patológicos fueron explicados como el
producto de mecanismos biológicos que tienen por propósito
reducir el volumen de organismos presentes y seleccionar a
aquellos que presentan características de mayor adaptabilidad
y recursividad19.
La inmediata traspolación de estos fenómenos al estudio de
la conducta humana y en particular al estudio de la influencia
de la superpoblación en las conductas de agresión en las
16 Citado por L Mann, Elementos de psicología social, México, Limusa, 1994.
17 Ibid.
18 Ibid.
19 Ibid.
ciudades no se hizo esperar. Se inició un proceso de medición
de la distribución de personas en espacios físicos y se analizó
la presencia de fenómenos delictivos y enfermedades según
los niveles de hacinamiento.
El modelo biologicista introduce la idea de que la ciudad es
una jungla de cemento en la cual la especie humana
reproduce las características de organismos en búsqueda de
adaptación y satisfacción a sus necesidades instintivas. Se
afianza la idea de que los hombres lejos de reflejar una
capacidad racional y una disposición a la vida civilizada,
exhiben una tendencia a la lucha por la supervivencia, a
través del uso de recursos primitivos como la agresión física.
La ciudad debe diseñarse tomando en cuenta la instintividad
humana y deben anticiparse las funestas consecuencias de
situaciones asociadas al hacinamiento. Se desarrollan
categorías de análisis como el concepto de espacio personal,
concepto que describe la "necesidad biológica" de los
individuos de mantener un grado de distancia con las
personas para mantener un estado de relativa calma. La
pérdida de espacio personal implica la aparición de la
agresividad generalizada y su permanente transgresión se
entiende como un atentado contra la propia salud mental, así
como un factor desencadenante de malestar colectivo20
El concepto de espacio personal plantea importantes
implicaciones en investigación ambiental. Se crea el concepto de
Proxemia, categoría encargada de estudiar la forma en
que la proximidad física entre individuos establece formas de
comportamiento. Se introduce la necesidad de intimidad,
como un aspecto relevante en el diseño ambiental y se deben
proporcionar espacios en los cuales las personas puedan
encontrar zonas abiertas para evitar situaciones de
amontonamiento.
Estudios sobre la orientación espacial en animales
Capítulo aparte dentro de la investigación del
comportamiento animal y su influencia sobre el estudio del
comportamiento del individuo en la ciudad lo merecen los
estudios de Tolman21, quien se anticipa a la tendencia actual
de la psicología al estudio de la cognición ambiental, a través
de conceptos tales como el mapa cognitivo, la conducta
propositiva e imagen mental.
El psicólogo norteamericano Eduard Tolman, quien se
autodenomina como conductista, realizó una intensa
actividad experimental con el propósito de establecer la forma
20 H. M. Proshansky, W. H. Ittelsony L G. Rivlin, op.cit.
21 Eduard. C Tolman, op.cit.
en que los organismos resuelven problemas de orientación y
ubicación dentro de espacios físicos.
Tolman emplea la técnica de laberintos, con ratas como
sujetos experimentales. Un laberinto es una situación
problemática en medio del cual un organismo hambriento
como las ratas blancas tratan de encontrar el alimento a
través de pasillos y callejones sin salida.
Consideraba Tolman que las ratas son organismos que
sistemáticamente se encuentran resolviendo problemas
complejos de desempeño conductual en espacios confusos
como las alcantarillas, en condiciones de oscuridad y con la
obligación de atender necesidades básicas de alimentación y
procreación, entre otras, evadiendo diversas circunstancias
que ponen en riesgo su supervivencia.
El conductismo radical de Watson había señalado que el
comportamiento de los organismos se encuentra determinado
por los aprendizajes y que la repetición de conductas ante
determinados estímulos lleva a los organismos a comportarse
de manera estereotipada.
El término conducta propositiva lo empleó Tolman para
señalar que ante la solución del problema del laberinto las
ratas no se comportan con base en los aprendizajes previos,
sino que priorisaban el cumplimiento de la meta e
improvisaban conductas. El hecho de modificar la conducta
de manera acorde con las metas impuestas por las
necesidades biológicas (hambre, sed, sexo, etc.) representa
para Tolman una evidencia de que los organismos disponen
de la capacidad de dirigir la conducta para cumplir propósitos
específicos y hacen uso de la capacidad de orientarse para
atender a sus necesidades de adaptación.
Considera Tolman, que las ratas no son seres mecánicos y
reiterativos que actúan según la costumbre, sino que son
organismos inteligentes con capacidad de tomar información
del ambiente y conformar un "mapa cognitivo".
La conducta es dirigida por una imagen mental o una
representación interna del entorno que les permite a los
organismos ubicar dentro de esta imagen la localización de
cada uno de los componentes y frente a ellos establecer
pautas de acción o formas de procedimiento. Se puede decir
que la imagen mental representa la capacidad de visualizar
internamente los elementos que hacen parte del ambiente,
dichos elementos ambientales son ordenados de forma tal
que se establecen relaciones entre ellos (distancia, tamaño,
ubicación).
Las imágenes mentales, según Tolman, se configuran a la
manera de un mapa terrestre que le indican a los organismos
la disposición de los elementos en el espacio y su forma de
desempeñarse dentro de ellos. Por tratarse de mapas
subjetivos de carácter abstracto Tolman los denomina como
mapas cognitivos.
El mapa cognitivo se define como: "un constructo que
abarca aquellos procesos que hacen posible a los sujetos
adquirir, codificar, almacenar, recordar y manipular
información acerca de la naturaleza de su ambiente espacial.
Esta información se refiere a los atributos y localizaciones
relativas de la gente y los objetos en el ambiente y es un
componente esencial en los procesos adaptativos de la toma
de decisión espacial."22.
El mapa cognitivo es la instancia con base en la cual los
organismos superiores pueden organizar la información
proveniente del entorno, conformando una pantalla visual o
"imagen mental" en la cual pueden consultar su posición
actual dentro de un plano amplio y establecer relaciones
mentales de planeación hasta lograr una adecuada ejecución
de las acciones.
Tolman considera que el mapa cognitivo es un sistema de
orientación de gran funcionalidad también en los humanos.
Asume el autor, que las ciudades son gigantescos laberintos
en los cuales las personas se ven enfrentados constantemente
a situaciones de planeación y solución de problemas como el
encontrar la ruta más conveniente.
El comportamiento de las personas en la ciudad es
enteramente propositivo, es decir, está orientado por una
meta definida. No hay azar o caos en la conducta del hombre
en la ciudad, ya que siempre busca la mejor alternativa de
adaptación.
Resulta de singular importancia que Tolman considere que la
conducta de los organismos está dirigida desde su interior
y no es la simple reacción a las contingencias ambientales. El
concepto de mapa cognitivo pone de presente que los
organismos toman de manera selectiva información del
ambiente y la administran de manera abstracta para darle
solución a la prioridad inmediata; en el caso de las ratas
saciar el hambre, en el caso de los humanos desplazarse
hacia el sitio de trabajo o ir al encuentro con otra persona.
El concepto de mapa cognitivo plantea una de las más
importantes tesis de la psicología ambiental: los organismos
en su interacción con el ambiente realizan procesos
abstractos que llevan a formar estados de conocimiento y a
establecer vínculos entre estos conocimientos para resolver
problemas y adaptarse.
Tolman no solo desarrolla la tesis de la "cognición animal",
sino que rescata una de las más importantes tradiciones de la
psicología como es la idea de que la información espacial se
construye dentro de una "totalidad", como ya lo había
formulado la Gestalt, teoría hacia la cual Tolman profesa una
profunda admiración.
En los planteamientos de Tolman se considera que la mejor
forma de abordar los estados cognitivos es a través de la
dimensión conductual. Asume el autor que la actividad
cognitiva tiende a verse plasmada en manifestaciones
comportamentales observables y susceptibles de ser
abordadas experimentaImente. La conducta es el reflejo de
estados cognitivos que se realizan de manera abstracta en los
sujetos.
El mapa cognitivo y la percepción de la ciudad
Kevin Lynch, uno de los más importantes diseñadores
urbanos del siglo XX, realiza una investigación pionera en la
cual intenta explorar la existencia de mapas cognitivos en
humanos.
Lynch se propuso demostrar que las ciudades no son simples
conjuntos de objetos o estímulos, sino imágenes mentales,
en torno a las cuales, las personas construyen su noción de
ciudad. De allí el título de su obra cumbre "La imagen de la
ciudad".
Considera Lynch que cada persona posee una imagen mental
de la ciudad y que esa imagen es la que determina los
objetos o espacios con los cuales se entra en relación.
Una ciudad puede disponer de muchos objetos, espacios y
alternativas de servicio, pero si el sujeto no las percibe y si no
entran a formar parte de su imagen mental, son inexistentes
para la persona; no entran a formar parte de sus formas de
interacción, ni son tenidas en cuenta dentro de sus planes de
desempeño. La ciudad es, en sí, aquel conjunto de
componentes que la persona puede organizar a nivel interno
e incluirlas de manera abstracta en la pantalla visual de la
imaginación.
Asume Lynch, entonces, que las ciudades son aquel conjunto
de elementos percibidos por las personas y que son
organizados a la manera de un plano cartográfico pero
enteramente subjetivo (mapa cognitivo).
Las imágenes ambientales son el resultado de un proceso
bilateral entre el observador y su medio ambiente. El medio
ambiente sugiere distinciones y relaciones y el observador-
con gran adaptabilidad y a la luz de sus propios objetivos-
escoge, organiza y dota de significado lo que ve23
22 R.M. DowsyD.Stea, Image and enviroment Cognitive mapping and spatial
behavior, Chicago, Aldine Publishing Co., 1973, pág. XIV.
23 Kevin Lynch, op.cit., pág.15.
La pretensión de Lynch no es solo asumir la existencia de un
plano cartográfico a nivel mental, sino su interés es abordarlo
metodológicamente y poder describir la ciudad tal como es
imaginada.
Lynch desarrolló una encuesta en la cual solicitaba a los sujetos
que respondieran una serie de preguntas sobre su ciudad y les
pedía que dibujasen un mapa del centro de la ciudad y le
asignaran nombres a cada uno de los objetos graficados. Es
evidente el interés de abordar la imagen mental con base en su
propia forma de expresión que son los planos cartográficos.
Con base en docenas de dibujos de tres ciudades
norteamericanas (Nueva Jersey, Boston y Los Angeles), realiza
Lynch una clasificación de los mapas tratando de encontrar
entre ellos elementos comunes.
Lynch consideró que "cada individuo lleva su propia imagen,
pero parece existir una coincidencia fundamental entre los
miembros de un mismo grupo. Son estas imágenes
colectivas, que demuestran consenso entre números
considerables de individuos las que interesan a los urbanistas
que aspiran a modelar un medio ambiente que será usado
por gran número de personas."24.
Los elementos percibidos por la mayoría de las personas
constituyen lo que denomina Lynch con el nombre "imagen
pública".
Existen 3 componentes que determinan la "imaginabilidad"
de un sitio: identidad, estructura y significado.
Los espacios urbanos tienen "identidad" cuando poseen
características perceptuales sobresalientes como forma,
tamaño, volumen, brillo, textura, borde y superficie. Los
espacios urbanos con "identidad" son fácilmente
discriminables dentro del contexto ambiental y ofrecen una
imagen mental estable y continua. Así, por ejemplo, una calle
tiene mucha identidad, cuando le permite a la persona saber
que se trata de la misma calle cuando la persona la transita
en diversos sentidos.
La característica de "estructura" se hace presente cuando "la
imagen mental incluye la relación pautal del objeto con el
observador o con otros objetos"25. Así, por ejemplo, cuando
la persona puede establecer con facilidad relaciones entre los
diversos sectores de la ciudad, en términos de distancia o
dirección, posee una adecuada estructura.
El componente de "significado" hace referencia a la
tendencia a atribuirle a los sitios un valor práctico, como la
ruta más corta o menos fatigante, o una asignación afectiva,
como el sitio más agradable, excitante o seguro.
24lbíd.,pág.16.
25lbíd.,pág.17.
La investigación de Lynch demostró que los objetos urbanos
que hacen parte de la imagen pública son aquellos que tienen
las características de identidad, estructura y significado.
Los mapas dibujados por los sujetos tienen en común el
hecho de presentar cinco elementos o componentes básicos
que hacen posible la formación de imágenes de la ciudad:
Sendas, Bordes, Barrios, Nodos, Mojones.
Cada uno de estos elementos es en sí mismo un factor de
orientación y ubicación del sujeto dentro del contexto
urbano. Las personas tienden a presentar algunos en mayor
cantidad que otros, pero se asume que en la medida en que
la persona posea una mejor imagen mental de los sectores,
tiende a utilizarlos de manera recursiva e integrada.
Lynch a través de su obra logra trasladar las formulaciones de
Tolman al contexto urbano. Formula Lynch que la ciudad es
un conjunto de elementos diseñados para ser comprendidos
por las personas y para comunicar una noción de unidad y
coherencia arquitectónica. Las ciudades deben ser el reflejo de la
continua exploración de las imágenes subjetivas hasta integrar
una imagen pública asequible y comunicable a los ciudadanos.
El concepto de cognición ambiental
Con base en el desarrollo de Lynch y la utilización del mapa
cognitivo como herramienta metodológica, se inaugura una
nueva concepción de la relación del individuo con la ciudad.
Las personas se vinculan a la ciudad de manera cognoscitiva.
Cognición es "la actividad de conocer: la adquisición,
organización y uso del conocimiento"26.
La persona ante un espacio urbano realiza labores de toma y
registro de información, la cual es almacenada y clasificada
para ser empleada en torno a propósitos definidos.
En este orden de ideas la presencia del cognitivismo plantea
una serie de transformaciones en su consideración de la
relación de los individuos con la ciudad:
• Los estímulos e informaciones provenientes del ambiente
no provocan en los individuos reacciones idénticas.
• La persona selecciona la información del entorno que le
permite desarrollar un estado de comprensión sobre su
propia orientación espacial.
• El ambiente no se reduce a un conjunto de unidades
elementales de estimulación (luz, sonido, temperatura),
sino es una totalidad compleja que es organizada por el
sujeto.
26 U. Neisser, op.cit, pág.23.
• La imagen mental de una ciudad es subjetiva, aunque
guarda correspondencias con tas de la mayoría.
• Los elementos encargados de explicar la relación entre
individuo y ciudad no son solamente los estímulos y las
respuestas. Los procesos cognitivos son entidades de
mayor capacidad explicativa.
• El hombre no es un agente pasivo en su relación con el
entorno. Es constructor de ciudad a través de sus
imágenes mentales.
• La personas se desplazan en la ciudad con base en la
noción abstracta (mapa) que hayan construido de ella.
Buena parte de la tradición investigativa contemporánea se ha
encargado de abordar la naturaleza de la imagen mental, su
forma aparición y de desarrollo.
Neisser, considera que las imágenes mentales son estados
cognoscitivos que se encargan esquematizar las experiencias
externas dentro de un formato interno de procesamiento. Las
imágenes mentales no son fotografías del espacio exterior que
reproducen datos significativos, sino por el contrario son
representaciones mentales del mundo externo que se
encargan de registrar el orden de los elementos e identificar
sus variaciones.
Neisser considera que los mapas cognitivos al igual que otras
imágenes mentales (mapas conceptuales, mapas semánticos,
etc.) son "esquemas" o formatos simples de acopio y
administración de la información, que permiten mantener un
estado de conocimiento actualizado de la disposición del
mundo externo.
Los mapas cognitivos se conciben como una estrategia
cognoscitiva que permite mantener al individuo orientado en
su entorno y darle una idea global del orden en que se
encuentran dispuestos los objetos den entorno. "Usaré el
término «esquema de orientación» como sinónimo de «mapa
cognitivo» para resaltar el hecho de que se trata de una
estructura activa de búsqueda de información... los esquemas
de orientación aceptan la información y dirigen la acción"27.
Los mapas cognitivos son estados de conocimiento esenciales
para el desempeño del sujeto en la ciudad: se encargan de
conservar la información obtenida del entorno, con base en
un formato de registro espacial de los objetos y su
distribución al estilo de un mapa cartográfico, pero
sistemáticamente está introduciendo datos y modificando
elementos almacenados. Toda la información que pueda resultar
necesaria para el desempeño del sujeto en la ciudad debe ser
esquematizada con el fin de favorecer la planeación de los
desplazamientos y el sentido de la orientación espacio-temporal.
Un esquema es como un formato de información (format) en
el lenguaje de programación de computadoras. Los formatos
especifican de qué tipo debe ser la información para que sea
interpretada de modo coherente28.
Los esquemas perceptivos son planes para identificar en el
ambiente detalles que le resulten significativos a la persona:
así por ejemplo la búsqueda de un sitio en el cual
experimentar el placer de un rato de soledad e intimidad,
implica recurrir a los recuerdos o realizar exploraciones en la
ciudad que satisfagan el criterio de la persona.
Se puede afirmar que el mapa cognitivo realiza labores de
conservación de las experiencias vividas dentro de la ciudad,
pero su principal labor radica en planear las interacciones del
sujeto con el entorno y llevar un registro pormenorizado de lo
que sucede en cada interacción.
Las investigaciones de Neisser conducen a destacar la
importancia de la actividad perceptual como la base del
desempeño en la ciudad. Imaginar la ciudad es verla
representada a través del ojo de la mente. Neisser asume que
cuando alguien construye mapas mentales se realiza
actividades análogas a la percepción: distribuir en un marco
espacial los objetos más relevantes (mojones, nodos, sendas,
barrios, límites) y realizar labores de visualización que
permiten de manera rápida y ágil desarrollar estimaciones
sobre distancias, localización, tamaño, forma, etc.
El concepto de cognición ambiental encuentra en Neisser un
importante representante que se encarga de evidenciar
la enorme importancia de la subjetividad en la constitución de
los eventos externos.
Neisser se encarga de demostrar que la labor de la psicología,
al estudiar las relaciones del individuo con el ambiente, radica
en ilustrar la forma en que los estados cognoscitivos regulan
la constitución del entorno y le dan la posibilidad de
interactuar dentro de una capacidad de planeación. Los
estados cognoscitivos son la médula de lo psicológico, son
los aspectos en los cuales se ve plasmada la subjetividad en
su dimensión más genuina.
La ciudad en términos psicológicos son cogniciones
ordenadas bajo el formato de mapas cognitivos en los que
aparece representada en versión abstracta la realidad objetiva.
27 U. Neisser, op.cit, pág.116.
28 Ibíd., pág.68.
La tendencia a definir la ciudad como una abstracción mental
ha llevado definir las corrientes cognoscitivas bajo la
denominación de "fenomenológicas" debido a su profundo
énfasis en los estados subjetivos y en la consideración de la
relación del individuo con el entorno como una permanente
construcción de carácter simbólico.
Conclusiones
La psicología ambiental es una de las más recientes ramas de
la psicología que alcanza su reconocimiento y máximo nivel
de desarrollo en la mitad del siglo XX como consecuencia del
enorme interés en el problema de la calidad de vida, y la
influencia del ambiente social, el ambiente natural y el
entorno urbano en el bienestar humano.
Los inicios de la psicología ambiental mostraron una
particular tendencia a estudiar el "comportamiento" del
individuo en la ciudad (homogeneidad vs. Heterogeneidad).
El desarrollo del conductismo radical llevó a suponer que la
conducta de los individuos en la ciudad se encuentra
determinada por los estímulos con los que ha sido diseñada
la ciudad, y que una adecuada pauta de estimulación permite
predecir y controlar la conducta de los ciudadanos.
La psicología ambiental describe un permanente transcurso
entre dos posturas extremas:
1. Considerar al individuo en la ciudad como un producto
del ambiente. El individuo es un agente pasivo que tan
solo responde a los elementos o estímulos de la ciudad
(visión del conductista radical y de carácter objetivista).
2. El individuo es un agente activo que a través de la
cognición constituye la ciudad dentro de un margen de
subjetividad, (visión fenomenológica)
Ambas concepciones del sujeto psicológico tienen capacidad
de fundamentación conceptual y han hecho de la ciudad un
campo de reflexión dentro del cual establecer la validez de
sus principios. Sin embargo, el desarrollo de la psicología
cognitiva ha llevado a agudizar cada vez más las críticas al
modelo del conductismo radical y ha construido un
andamiaje teórico-metodológico que le permite asumir
una postura explicativa que enfatiza en la relevancia de los
procesos mentales.
La intención del presente artículo, fue la de mostrar la forma
en que la psicología ambiental aborda el tema de la
ciudad en medio de la tensión planteada por las dos posturas
(objetivistas y fenomenológicas) en torno a la definición del
sujeto psicológico.
La contraposición de las dos posturas es una fuente
permanente de producción conceptual en psicología
ambiental, que ha llevado al desarrollo de modelos teóricos y]
metodológicos de diversa índole.
El presente artículo ha descrito la tendencia histórica a
rescatar la tesis de que la actividad psicológica es de
naturaleza "abstracta". Este rescate de la subjetividad en
psicología tiene particular importancia, pues se consideraba
en la década del sesenta que el conductismo radical había
echado las bases para el desarrollo de toda explicación
psicológica en materia ambiental.
El concepto de cognición ambiental describe el interés por
demostrar la presencia de estados internos que tienen
carácter decisorio y le devuelven al sujeto su nivel de ente
autónomo y participativo en la constitución de su propia
realidad.
Bibliografía
Aragonés,J. I., Amérigo. M.,Psicología ambiental, Madrid, Pirámide, 1998.
Bailly, A., La percepción del espacio urbano, Madrid, Instituto de Administración local,
1979.
Downs, R. M., Stea, D., Image and enviroment. Cognitive mapping and spatial
behavior, Chicago, Aldine Publishing Co., 1973.
Hollahan, Ch.L, Psicología ambiental, México, Limusa, 1966. Lynch,
Kevin, La imagen de la ciudad, Barcelona, Gustavo Gilli, 1998.
Mann, L, Elementos de psicología sociai México, Limusa, 1994.
Neisser, U., Procesos cognitivos y realidad: principio e implicaciones de la psicología
cognitiva. Madrid, Marova. (1976), 1981.
Proshansky, H. M., Ittelson, W. H., Rivlin, L G., La psicología ambiental: e/ hombre y
su entorno, México, Trillas, 1978.
Roethlisberger, F. J. y Dickson, W. J., Management and the worker. An account
of research program conducted by western electric company. Cambridge,
University Press, 1939.
Tolman, E. C, "Cognitive maps in rats and men" en Psychological Review,
no.55,1948, págs. 189-208.
Watson, J. B, "La psicología tal como la ve el conductista" en Gondra, J. M., La
psicología moderna, Bilbao (España), Desclée de Brower, 1996.gg