En la conocida lección de 1935, Introducción a la metafísica, Heidegger
señalaba que:
“La decadencia espiritual del planeta ha avanzado tanto que los pueblos están en
peligro de perder sus últimas fuerzas intelectuales, las únicas que les permitirían
ver y apreciar tan sólo como tal esa decadencia [entendida en relación al destino
del “ser”]. Esta simple constatación no tiene nada que ver con un pesimismo
cultural, aunque ciertamente tampoco con el optimismo: porque el oscurecimiento
del mundo, la huida de los dioses, la destrucción de la Tierra, la masificación del
hombre, el odio que desconfía de cualquier acto creador y libre, han alcanzado en
toda la Tierra una dimensión tal que categorías tan pueriles como pesimismo u
optimismo se han vuelto ridículas desde hace tiempo.”2
De lo antedicho se puede inferir que para Heidegger la decadencia
espiritual se relaciona esencialmente con la pérdida de las fuerzas
intelectuales, es decir, con la pérdida de la capacidad humana de retomar la
pregunta por el ser. Semejante olvido, o, mejor dicho, olvido del olvido del ser,
incide sobre la desacralización del mundo, la destrucción de nuestro planeta y
la masificación de los hombres. En este sentido podemos apreciar cómo el
pensar meditativo heideggeriano posee, desde sus inicios, una visión holística
en donde la naturaleza, el hombre y los dioses interactúan entre sí. No
obstante, el poder oculto de la técnica como última figura del ocultamiento del
ser que se patentiza tanto a través del pensar calculador como de la
maquinación (Machenschaft), intenta derruir dicha vinculación con los
devastadores efectos sobre la tierra que fueron mencionados anteriormente.
Esta problemática también es planteada en lo que se ha considerado
como la segunda gran obra de Heidegger denominada Los aportes de la
filosofía. Acerca del evento (1936-38). En ella el pensador afirma:
“La naturaleza apartada del ente a través de la ciencia natural ¿qué le sucede a
través de la técnica? La destrucción creciente de la “naturaleza” o, mejor,
desplegándose hacia su fin. ¿Qué era antiguamente? El sitio del instante del
advenimiento y de la instancia de los dioses, cuando aún physis descansaba en el
esenciarse del ser (Seyn) mismo. Desde entonces devino pronto un ente y luego
hasta el contrajuego de la “gracia” y, después de esta destitución, completamente
separada en el forzamiento de la maquinación y economía calculadora. Y
finalmente quedó todavía como “paisaje” y ocasión de reposo y esto ahora
también calculado aún de modo gigantesco y preparado para las masas. ¿y
luego? ¿Es esto el fin? ¿Por qué calla la tierra en esta destrucción? Porque no le
está permitida la contienda con un mundo, la verdad del ser (Seyn). ¿Por qué no?
2 HEIDEGGER Martin, Introducción a la metafísica, Barcelona, Editorial Gedisa, 1997 p.43.
NUEVO PENSAMIENTO. Revista de Filosofía del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Facultad de 146
Filosofía de la Universidad del Salvador, área San Miguel. Editor responsable Juan Pablo E. Esperón, ISSN
1853-7596. Volumen I, Año 1, 2011. Sitio web: http://www.facultades-smiguel.org.ar