PSICOLOGÍA, INFANCIA Y EDUCACIÓN
sobre el constructo de lugar, constructo que indica una relación activa y dinámica entre individuo y ambiente; El
núcleo teórico central, pues, de la psicología ambiental es precisamente el medio ambiente, entendido en sentido
general, en los aspectos físicos, que está siempre en interconexión con los sociales y socioculturales. La psico-
logía ambiental se limita a observar las dinámicas entre individuo medio ambiente, entre el sí individual y el sí
social (Tononi, 2012). Las investigaciones realizadas son todavía de tipo experimental, no son las verdaderas
investigaciones intervención dirigidas a mejorar la relación individuo-medio ambiente. Este paso, una vez más
denso tanto desde un punto de vista epistemológico que experimental, es desempeñado por la ecopsicología
(Danon, 2006). Esta última es complementaria a la psicología ambiental que investiga los aspectos cognoscitivos
mediante los cuales se perciban los diferentes espacios e investiga el tipo de relación con el entorno externo, su
representación interior y el comportamiento resultante. Es a partir de las conclusiones de estos estudios que la
ecopsicología interviene con propuestas terapéuticas y educativas destinadas a promover la reconexión entre
hombre y medio ambiente, apuntando a valorizar los recursos de la naturaleza para promover el bienestar del indi-
viduo. La urbanización y la modernización han traído si dudas grandes mejoras en la calidad de vida del hombre,
pero han también, en el mundo occidental, producido un alejamiento y una pérdida de relación entre hombre y
naturaleza. La tarea de la ecopsicología se convierte entonces en restablecer esta relación, favoreciendo la cone-
xión con el entorno natural, a fin de mejorar tanto la calidad de vida y el bienestar del hombre cuanto el respeto
y el bienestar de la naturaleza. La ecopsicología es un connubio entre psicología y ecología. El término
“Ecopsicología” se acuñó en 1989 en California, por obra de un Grupo interdisciplinario de estudiosos que se
encuentra a abordar el tema común de la crisis ecológica, deteniéndose en la contribución que la psicología
puede dar a la cuestión. Los mayores exponentes de este grupo de investigación son Elan Shapiro, Alan Kanner,
Mary Gomes y Robert Greenway. Posteriormente entrará a formar parte también Theodore Roszak, histórico de
la cultura y docente universitario de la California State University de Hayward, que en sus obras inaugura el lema
de la ecopsicología: “Ecology needs Psychology and psychology needs ecology” (Roszak, 1992), es decir, “la
ecología necesita de la psicología y la psicología necesita de la ecología”. Los principales ámbitos de aplicación
son la terapia, el crecimiento personal, la educación, la ecología, el ámbito organizativo y la antropología. Entre
las áreas de investigación de la ecopsicología se abordó el tema de la nature connectedness, un constructo ame-
ricano que indica el grado de medida con el cual los individuos sienten la naturaleza como parte de la propia
identidad. Es pues un rasgo de personalidad estable en el tiempo y en las situaciones, constituido por tres com-
ponentes, cognitiva, afectiva, conductual (Schultze, 2002). Esta teoría fue criticado por otros investigadores (Kals,
Schumacher, & Montada, 1999; Mayer & Frantz, 2004), que han descrito el concepto de conexión con la natura-
leza en términos más dinámicos, como afinidades y armonía emotiva hacia la naturaleza que implica bienestar,
como la relación con la naturaleza, cambiante e intermitente en espacios y tiempos diferentes, o como sentirse
parte de ella. Según estas investigaciones la relación con la naturaleza puede cambiar en función de las experien-
cias, y normalmente tiende a aumentar: más tiempo se pasa en la naturaleza, más se advierte el bienestar y
aumenta la cantidad y calidad de tiempo transcurrido en el verde, y paralelamente aumenta el sentido del vínculo
y la sensibilidad por la cuestión ambiental. Esta teorización es muy afín con el concepto de biofilia, constructo
muy significativo dentro de la ecopsicología y la psicología ambiental, definible como “predisposición biológica
a identificar las relaciones con el mundo viviente, explicación evolutivamente plausible de una serie de compor-
tamientos humanos naturales en relación con el mundo natural” (Wilson, 2002, p. 151). Biofilia e inteligencia
naturalista podrían interpretarse como dos aspectos complementarios de un proceso educativo. Biofilia y ecop-
sicología no son sólo unos postulados teóricos, sino que se convierten en modelos de aplicaciones con propues-
tas terapéuticas y educativas destinadas a promover la reconexión entre hombre y medio ambiente, apuntando a
valorizar los recursos de la naturaleza para promover el bienestar del individuo. Entre estas, una experimentación
que ha tenido gran difusión y eficacia ha sido la ortoterapia. La ortoterapia se convierte en una práctica terapéutica
también en los países occidentales en la segunda mitad del siglo XIX, cuando en algunos hospitales estadouni-
denses se construyen jardines terapéuticos. Hoy, no solo en los países anglosajones, sino en toda Europa, puede
ser considerada como una forma alternativa de terapia para pacientes con malestar psicológico y/o físico que
International Journal of Developmental and Educational Psychology
INFAD Revista de Psicología, Nº2, Monográfico 1, 2019. ISSN: 0214-9877. pp:147-154
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